
La situación especulativa era tal, que los bancos destinaban sus préstamos a la inversión en bolsa sin pedir garantías. Se crearon sociedades de inversión para ayudar a los inversores.
Los beneficios que aportaba la bolsa superaban ya a los industriales y las empresas colocaban sus excedentes en la bolsa en lugar de reinvertirlos en su negocio. Además las empresas que cotizaban en bolsa emitían nuevas acciones.
Esta especulación fue propiciada por la poca intervención del gobierno que, siguiendo la teoría liberal, permitió que todo siguiera su curso confiando en que el mercado arreglara sus propios errores.